El clarinete, un instrumento de caña versátil, es apreciado tanto en la música de cámara como en la orquestal. Fue el instrumento favorito de Mozart y ha sido destacado en el jazz por músicos como Sidney Bechet y Benny Goodman. Los sistemas de digitación más comunes son el alemán (Oehler) y el francés (Boehm), siendo este último más popular en estilos como el jazz debido a su facilidad para manejar cambios tonales rápidos y pasajes musicales complejos.
Los clarinetes más económicos suelen ser de plástico, ideales para principiantes, mientras que los modelos de madera, como el ébano, son preferidos para interpretaciones más avanzadas. El clarinete Boehm se caracteriza por una boquilla más abierta y una caña más ancha, lo que produce un sonido más flexible y rico en armónicos, mientras que el clarinete alemán ofrece un tono más limpio y cálido.
Como instrumento para principiantes, el clarinete es más silencioso y menos costoso que el saxofón. Es más fácil producir un sonido básico con él y es ligero y portátil. Al igual que con el saxofón, se necesitan cañas especiales y grasa de corcho para las conexiones. La edad ideal para comenzar a aprender el clarinete es entre los 8 y 10 años, considerando el desarrollo dental y la longitud de los dedos para una correcta manipulación del instrumento.
