Los sistemas inalámbricos para micrófonos se componen de un transmisor y un receptor. Los transmisores pueden ser integrados en micrófonos de mano, conocidos como ‘transmisores de mano’, o en dispositivos de cuerpo, denominados ‘bodypacks’, usados con micrófonos de diadema, lavalier o instrumentales. Además, los conectores-transmisores pueden convertir un micrófono cableado en inalámbrico. El receptor debe estar sintonizado a la frecuencia del transmisor correspondiente y no debe haber dos transmisores en la misma frecuencia para evitar interferencias.
Existen también soluciones de receptores múltiples que integran varios receptores en una misma unidad. La mayoría de los receptores se diseñan para uso estacionario, aunque también hay versiones portátiles. La fuente de alimentación del transmisor es comúnmente a través de baterías AA o AAA, mientras que algunos sistemas usan baterías recargables de iones de litio.
La elección del micrófono influirá significativamente en la calidad del sonido, y puede variar desde micrófonos de mano hasta opciones que permiten más movilidad, como los headsets y lavaliers. Los micrófonos dinámicos suelen ser preferidos por vocalistas de rock, mientras que los micrófonos de condensador son ideales para capturar detalles finos.
